18 abril, 2006

Siracusa

Hemos estado en Siracusa los días de Pascua. La ciudad es una superposición de estratos sin parangón en el mundo. A través de cientos de destrucciones, algunas metódicas, sistemáticas, dolorosas, la ciudad en lugar de diluirse ha conseguido una densidad extrema. Cada rincón, cada perspectiva, cada edificio, cada trazado de calle de la venerable Ortigia contiene fragmentos de una historia urbana que empezó hace 27 siglos y cuyo recorrido quita el aliento sin necesidad de dar ni un paso. De estos lugares uno se marcha con la necesidad de volver cuanto antes.
Ved al fondo la ciudad y el puerto desde la altura de las ruinas del Castello Eurialo.