Al reflexionar sobre la
posibilidad de existencia de las sirenas, en un emblema donde
se nos muestra a estos seres, Antonio de Lorea remite a las
Escrituras, porque allí «se haze mención» de ellas, así como
del fénix.
Dejando provisionalmente de
lado el tremendo asunto de las sirenas —al que volveremos
luego pertrechados con la autoridad del gran comentarista de
la Biblia Cornelio a Lapide, que conoció a una
auténtica en su Friesland natal— vemos que cuando Lorea cita
al fénix en su nota marginal: «Y multiplicaré mis días como el
fénix. Job, capítulo 29», confiesa echar mano de la traducción
de «la versión hebrea». Y este último apunte nos hace intuir
algún problema de traducción.
En efecto, si buscamos el versículo de
Job 29:18 en la Biblia de Reina-Valera, leemos: «Decía yo: ‘En
mi nido moriré.
Como arena multiplicaré mis
días’». Y si lo comparamos después con una versión diferente,
la de la Jewish Publication Society de 1917, encontramos:
«Luego dije: ‘Con mi nido moriré y multiplicaré mis días
como el fénix’». Y la confusión
es aún mayor al ver en la Vulgata: Dicebam que in nidulo
meo moriar et sicut palma multiplicabo dies («Y dije:
‘moriré en mi nido, y como la palmera
multiplicaré mis días’»).
Da la sensación de que los traductores
de estas tres versiones tuvieron que usar tres fuentes
distintas. Para intentar aclararlo nos dirigimos primero al
texto original hebreo de la Biblia. Aquí la palabra es
chol, cuyo significado es ciertamente ‘arena’. Este
sentido se mantiene en otros lugares bíblicos donde aparece la
palabra, como la famosa promesa de Dios a Abraham:
«multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como
la arena que está a la orilla del mar» (Gén
22:17). Así que, en principio, ‘arena’
tampoco sonaría mal en nuestro verso. ¿De dónde salen, pues,
estas otras traducciones más exóticas?
Comparando las traducciones de este
verso en diferentes versiones de la Biblia queda claro
enseguida que el trueque del fénix
por arena ocurre principalmente en las ramas judías. Tal
interpretación de la palabra chol en este verso
particular refleja una temprana tradición exegética que
encontramos en varios comentarios hebreos. Uno de los más
difundidos e influyentes, desde el siglo once, fue el del
exegeta judío francés Rabí Shelomo Yitzhaki, o Rashi, no solo leído
por los judíos, también por hebraístas cristianos y
comentaristas de la Biblia. Rashi habla así de nuestro verso:
«Hay un ave llamada chol, y la muerte no tiene poder
sobre ella porque no probó el fruto del árbol del
conocimiento. Al cabo de mil años se renueva y torna a su
juventud». Con lo que está aludiendo, sin duda, a la
legendaria ave fénix. Los hebraístas cristianos de los siglos
dieciséis y diecisiete estuvieron bien al tanto de esta
lectura. Algunos dieron —con mayor o menor explicitud— a Rashi
como su fuente: Juan de Pineda menciona a «Rabbí Salomón»,
Johann Clemens Drusius anota «R. S.», una obvia abreviatura, y
François Vatable se refiere a «cierto ilustre hebreo», que no
podemos suponer otro que el mismísmimo Rashi.
Por descontado que Rashi tenía sus propias fuentes. Sobre
todo, se basa en los primeros comentarios rabínicos de la
Biblia, los Midrashim. En uno de ellos, el Bereshit
Rabbah (19:5) encontramos el siguiente comentario al
Génesis 3:6: «[Eva] se lo dio a comer [el fruto prohibido del
árbol del conocimiento] al ganado, bestias y pájaros. Todos le
obedecieron y comieron de él, salvo cierta ave llamada
chol, como está escrito, ‘Entonces dije: Con mi nido
moriré, y multiplicaré mis días como el chol [es decir,
fénix]’ (Job 29:18). La Escuela de R. Jannai y la de R.
Judan b. R. Simeón difieren. La de R. Jannai sostenía: ‘Vive
mil años, al cabo de los cuales un fuego que se desprende de
su nido lo quema, mas queda aún como un huevo, y le crecen
nuevos miembros y vive otra vez’. R. Judan b. R. Simeón dijo:
‘Vive mil años, al cabo de los cuales su cuerpo se consume y
le caen las alas, mas queda aún como un huevo, tras de lo cual
le crecen nuevos miembros y vive otra vez’».
El Bereshit Rabbah no es la
única fuente rabínica antigua donde consta un paralelo entre
la descripción de la legendaria ave fénix y nuestro verso de
Job. En el Talmud babilónico, en el tratado Sanhedrin
(108b), escuchamos el fantástico relato de un testigo ocular
del Diluvio tan autorizado como Sem, el primogénito de Noé.
Sem relata con pelos y señales los trabajos de alimentar a las
diversas clases de animales en el Arca. Y en cierto punto se
refiere al ave fénix: «En cuanto al fénix, mi padre lo
descubrió echado en la bodega del arca. ‘¿No necesitas ningún
alimento?’, le preguntó. ‘He visto que estabas ocupado’,
replicó, ‘así que me dije: no le molestaré’.
‘Debe ser la voluntad (de Dios) que no murieras’, exclamó; así
está escrito, ‘Entonces dije, moriré en el nido, pero
multiplicaré mis días como el chol [fénix]’.»
¿De dónde sacaron el Bereshit Rabbah
y el Sanhedrin la extraña idea de que Job 29:18 hablaba
del fénix y no de la
arena? Mientras no encontremos
ningún soporte etimológico, solo podremos conjeturar. El
Sanhedrin, incluso, utiliza un término completamente
diferente —urshina— para designar al fénix en la
primera parte de la historia, no relacionado, ni de lejos,
morfológica o etimológicamente con el chol en Job. A pesar de todo, podemos dar
una explicación plausible analizando la estructura del verso
en cuestión. Si consideramos las dos mitades del verso como
paralelas, vemos que la palabra «nido» en el primer
hemistiquio requiere una yuxtaposición en el segundo, por lo
cual es muy lógico comparar la duración de la vida de Job con
la de un ave. ¿Y por qué exactamente un fénix? El orden de los
dos hemistiquios lo sugiere bien: de manera no muy lógica, Job
habla primero de morir y luego de multiplicar sus días. Es
obvio que no muchas criaturas vivientes son capaces de morir
primero en sus nidos y multiplicar con posterioridad sus días;
el legendario fénix sí que tenía estas mañas.
Otro verso interesante como paralelo o
prueba está en Salmos 103:5: «Renueva tu juventud como la del
águila». No solo el simbolismo del verso —la mención de un ave
que de algún modo puede regresar a su juventud— muestra el
neto contacto con el de Job, reforzando la interpretación
tradicional judía, sino que el comentario de Rashi a Job, está
tomado casi letra por letra del de Salmos 103:5, como si
quisiera usar el verso de los Salmos implícitamente como
soporte de su comentario a Job.
La tercera traducción de la palabra
chol, ‘palmera’, que aparece
en la Vulgata, tiene su origen sorprendentemente en la
interpretación anterior. Por lo que sabemos, San Jerónimo
consultaba tanto el texto hebreo original como el griego de la
Septuaginta al trabajar en su traducción al latín de la
Biblia, la Vulgata. Mientras en muchos pasajes dudosos
prefería el texto del original hebreo, en este caso particular
escogió el de la Septuaginta, que pone
στέλεχος φοίνικος,
es decir, ‘tronco de palmera’, de donde el verso, en español,
es: «Y dije, mi edad continuará como el tallo de una palmera;
viviré un largo tiempo». Podemos apreciar de inmediato el
reflejo formal entre las palabras
φοίνικος
y
φοῖνιξ,
la primera significa ‘palmera’,
y la segunda ave ‘fénix’.
Es muy probable —como también sugiere parcialmente el
comentarista de Job del siglo diecisiete Philipp Codurcus— que
en el momento de la compilación de la Septuaginta estuviera
más o menos establecida una tradición interpretativa judía por
la que este verso tenía que ver con el fénix, y seguramente
sería traducido en las primeras versiones de la Septuaginta de
acuerdo con ella. En algún
momento durante la copia del texto griego, a algún copista que
no estaba al tanto de esta tradición, pudo confundirle la
palabra y llegar a la conclusión de que debía tratarse de
φοίνικος,
no de
φοῖνιξ.
Para deshacer la ambigüedad pudo añadir la palabra
στέλεχος,
‘tronco’, quizá por considerar que el largo tronco de la
palmera sería una representación más obvia de una larga vida.
Que no todos los antiguos
intérpretes judíos conocidos de la Biblia estaban al tanto de
la tradición reseñada sobre este verso, se hace más
verosímil viendo la primera paráfrasis aramea, el Targum, que
escribe chala, es decir, ‘arena’
en el lugar en cuestión.
Como hemos visto, esta
interpretación particular de la Septuaginta fue adoptada por
Jerónimo, y los primeros comentaristas cristianos siguieron
sus huellas fielmente. Por ello encontramos elaborados y
edificantes paralelos entre el el tronco de la palmera y la fe
de la Iglesia en la Glossa Ordinaria medieval, escrita
en el más complejo y florido latín escolástico. De otro lado,
los hebraístas cristianos de los siglos dieciséis y diecisiete
—Drusius, Grotius, Codurcus, así como Pineda— son plenamente
conscientes de la debilidad de esta interpretación, y aunque
todos la mencionan en sus comentarios a Job —así como todos
hablan de la tradición judía de interpetrarlo como ‘fénix’— la
mayoría prefieren la traducción más literal de la palabra, es
decir, ‘arena’. El español Juan
de Pineda con un espíritu jesuítico realmente innovador, llega
hasta la síntesis de la tradición judía con la de la
Septuaginta. Resume su muy elaborado comentario sobre este
verso expresando su esperanza de una larga vida, no menor que
la del fénix o la de la
palmera, en cuyo tronco uno
puede contar tantos años.
Esta interpenetración de interpretaciones
también nos ayuda a comprender una, de otro modo bastante
enigmática, composición del mismo periodo. Está en los
Sacra symbola de Juan de Horozco (Agrigento 1601). Este
libro de emblemas en latín (aunque con epigramas en español),
menos conocido pero no menos ingenioso que el otro libro de
emblemas de su autor (Emblemas morales, Segovia 1589),
iba dedicado al Papa Clemente VIII y por ello una buena parte
de sus emblemas se elabora sobre la impresa del Papa
—justamente un ave fénix—. Así, en el emblema 6 vemos un
fénix sobre su
nido en lo alto de una
palmera, con el mote «Ut vivam»,
mientras el epigrama afirma que el fénix —y el alma por él
simbolizada— en el fuego «no puede ser consumida, / antes se
alarga la vida». A pesar de que ni
el epigrama, ni el comentario se refieren a la fuente bíblica,
no es difícil reconocer los mismos esfuerzos conciliadores de
las diversas interpretaciones de Job 29:18 que atestiguaba
arriba el paisano de Horozco, Juan de Pineda.
Como reza el dicho, quienes no aprenden
de la historia están condenados a repetirla. Esta profecía se
cumplió con rigor en el copista de la traducción comentada del
Libro de Job que hiciera el buen hebraísta fray Luis de León
hacia 1580. El manuscrito autorizado de esta obra (Universidad
de Salamanca, ms. 219) compone nuestro verso como sigue: «Y
decíame: en mi nido espiraré, y multiplicaré como paloma».
El pobre copista acababa de añadir una
nota más en la impresionante lista de metamorfosis de esta ave
fénix. Tal como su predecesor helénico hizo un milenio y medio
atrás con la palabra
φοῖνιξ, está vez copió mal la ya mal
copiada palabra ‘palma’ como ‘paloma’.
Incluso mantuvo la misma actitud de su predecesor al deshacer
toda ambigüedad en el error repitiéndolo dos veces en el
comentario del verso. Por ello podemos concluir con razón que
no se trataba de un simple error, sino que nuestro pío copista
anduvo guiado por la inspiración divina al reconvertir la
palmera de la Septuaginta y la Vulgata en un ave; pero en vez
del pájaro fabuloso de aquellos antiguos paganos, la
transformó en otro más espiritual y místico, más elevado y
cargado de simbolismo cristiano: la blanca paloma, símbolo de
pureza y del Espíritu Santo. Así, la metamorfosis del Fénix
cerró el círculo.
En las traducciones más
recientes de la Biblia no encontramos ni rastro de toda esta
efervescente discusión y estas batallas exegéticas alrededor
de la pequeña palabra chol. Hay un amplio consenso que le
otorga el significado de ‘arena’
y prácticamente nadie sigue en este caso particular el
criterio de la Septuaginta y la Vulgata. Sin embargo, en la
mayoría de las traducciones judías de las Escrituras hebreas,
el fénix todavía vive y prospera
con vigor, y acaba de entrar en su tercer ciclo de vida, pues,
como hemos sabido por aquel «cierto ilustre hebreo», Rabbi
Salomon, «al cabo de mil años se renueva y torna a su
juventud».
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Antonio
de Lorea, David pecador, Madrid 1680, Discurso 1.2 (Fascinio punit)
Para entender la propiedad, es necesario aueriguar si ay sirenas,
porque algunos dizen, que estas son como el aue Fenix, y que como es
fabulosa la vna, lo es la otra. De anbas aze mencion el Texto
Sagrado. (B)
Nota al margen: (B) Et quasi Phoenix multiplicabo dies meos. Iob. 29.
Translat. Heb.
Hans Holbein, Historiarum Veteris Testamenti imagines ad vivum
expressae, Lyon: Fratres Frellonii 1543
Iob alloquitur Dominus, ostendens ei suam iustitiam ex
inscrutabilibus suis operibus.
Biblia sacra polyglotta, ed. Brianus Waltonus, Londres: Thomas Roycroft 1657, II. 56.
• איוב : כט
ואמר עם־קני אגוע וכחול ארבה ימים׃
Et dicebam, cum meo nido expirabo: & sicut arenam
multiplicabo dies.
• תרגום Targum (Paraphrasis Chald.):
ואמרת עם תוקפי בשרכפי אתנגיד וכחלא אסגי יומיא׃
Et dixi: Cum fortitudine mea in nido meo deficiam; & sicut arena
multiplicabo dies.
•
Versio Graeca LXX. Interpretorum:
Εἶπα δὲ,
Ἡ ἡλικία
μου γηράσει ὥσπερ στέλεχος φοίνικος,
πολὺν
χρόνον
βιώσω.
Dixi autem, Aetas mea senescet, sicut truncus palmae: multo vivam
tempore. •
Versio Vulgata:
Dicebamque: In nidulo meo moriar, & sicut palma multiplicabo dies.
Salmo 103:5
המשביע בטוב עדיך תתחדש כנשר נעוריכי׃
Rashi sobre Job 29:18
וכחול ארבה ימים - עוף ושמו חול ולא
נקנסה עליו מיתה שלא טעם
מעץ הדעת ולבסוף אלף שנה מתחד׳ וחוזר לנערותו׃
Bereshit Rabbah 19:15
האכילה את הבהמה ואת החיה ואת העופות הכל שמעו לה חוץ מעוף אחד ושמו חול הה״ד
(איוב
כט)
וכחול ארבה ימים דבי רבי ינאי אמרי אלף שנה הוא חי ובסוף אלף שנה אש יוצאה מקנו
ושורפתו ומשתייר בו כביצה וחוזר ומגדל אברים וחי ר׳ יודן בר״ש אומר אלף שנים חי
ולבסוף אלף שנים גופו כלה וכנפיו מתמרטין ומשתייר בו כביצה וחוזר ומגדל אברים׃
Talmud Bavli, Sanhedrin 108b
אורשינה אשכחיניה אבא דגני בספנא דתיבותא אמר ליה לא בעית מזוני אמר
ליה חזיתיך דהות טרידא אמינא לא אצערך אמר ליה יהא רעוא דלא תמות שנאמר
(איוב כט) ואמר עם קני אגוע וכחול ארבה ימים׃
Biblia sacra cum Glossa ordinaria... et annotationibus de Nicolaus a
Lyra, Venecia 1603, III. 277.
Codurcus, Annotata ad Iob, Frankfurt 1695, 885.
18. Dicebam itaque] Haec meritò
speravit Job, ὃ γὰρ ἐὰν σπείρη ἄνθρωπος
τοῦτο καὶ θερίσει, ut ait Apostolus ad Gal. 6. 7. Sed tempus
messis patienter exspectandum, & multa ferenda,
ἀγαθοποιοῦντες οὖν μὴ ἐκκακῶμεν.
Moriar in nido meo.] Hebr.
Cum nido meo exspirabo. Unde quorundam Hebraeorum in mentem
venit elegantissima interpretatio, quae à Jarrhio affertur. Dicit
avem esse cujus nomen est
חול quae nunquam moritur,
quod de arbore Scientiae non gustaverit; sed post mille annos
renovatur, atque iterum cernitur in primo juventae flore. Haec è
Rabbinis traduntur in Bereschit Rabba, & in codice Sanedrin, ut
refert Baal Haruch, omnes gustasse de arbore Scientiae, unâ
exceptâ ave cui nomen est
כחול .חול
Masora notat bis inveniri. Atque in nostris exemplaribus excusis
literae
כ attexitur Siman alterius loci על שפת הים. Loca
illa sunt 1. Sam. 13. 5.
כחול אשר על שפת הים & 2. Sam. 17. 11. Sed Mercerus
asserit se in Masora Bibliorum manuscr. Reginae legisse
ב׳ בתרו ליש׳, i.
bis in diversa significatione. Unde sequitur hîc juxta illam
Masoram non significare arenam, quia apud Samuelem id
significat. Dubium non est avem illam, esse nostrum fabulosum
phoenicem. Hinc manavit error Graeci interpretis, qui
חול
στέλεχος φοίνικος interpretatur.
Acceperat ab aliquo Judaeo
חול esse phoenicem
quod illi imposuit. Nam Judaeus intellexit avem, Graecus arborem
putavit. Latina Vulgata obsecuta est Graeco, & palmam vertit:
sed
חול nunquam palmam
significat.
חול apud Rabbinos opponitur
Sabbato, estque dies profestus, dies profanus. Vide
Eliam in Thisbi. Est quidem scita admodum & lepida illa Rabbinorum
interpretatio, sed inani fabula nixa. Tritum est in Scriptura per
arenam significari numerum innumerum & copiam maximam, ut Psal.
139. 18.
מחול ירבון de Divinis cogitationibus dictum, quarum magnitudo &
multitudo arenas superat.
Juan de Horozco y Covarrubias, Sacra symbola,
Agrigento 1601,
Emblem 6: Ut vivam
En tal fuego de amor santo
No puede ser consumida,
Antes se alarga la vida.
Flamma Dei viuax succenso in pectore veram
Non adimit vitam, quae renouata viget.
Fray Luis de León, Traducción comentada del Libro de Job (entre
1580 y 1585), MS 219 de la Biblioteca de la Universidad de
Salamanca (ed. Javier San José Lera, 1992, II. pp. 632
y 637)
Y decíame: en mi nido espiraré, y multiplicaré como paloma. (f.
329v)
Y decíame, esto es, y prometíame a mí: espiraré en mi nido, esto es,
en mi casa y mi descanso, llegaré hasta el día postrero, y
multiplicaré mis días como paloma, o como arena, según otra letra;
esto es, viviré largos años: porque a la piedad y al bien hazer
promete en sus Letras Dios larga vida. (f. 333v)
Juan de Pineda, Commentaria in Job, Colonia 1733 (primera
ed.
1597-1601), II. 329 y 337.
Et sicut palma multiplicabo dies. Statuebam (inquit) fore, ut
diutissime viverem sicut palma. Sed de palma nunc
significatione non parva est dissentio: nam eandem vocem originalem
Hhol, (חול) Vulgatus interpres vertit arenam, Deuter. 33. 19. & Psalm.
138. 18. Super arenam multiplicabuntur, & Hoseae. 1. 10.
Filii Israel, quasi arena maris. Quare hic quidem vertunt:
Sicut arena multiplicabo dies: nam cum arena quaelibet,
quantumvis maxima multiplicatio numeri comparari solet. Alii post R.
Salomonem & antiquiores Hebraeos, Phoenicem vertunt quod
sequuntur Tygurina & Cajetanus. Atque hunc etiam Jobi locum
Tertullianus de Resurrectione cap. 13. legit: Sicut Phoenix
multiplicabo dies, atque adeo Philippus Presbyter hoc loco
testatur, idem esse Palma & Phoenicis avis nomen,
fortassisque de ave loquutum Jobum, ut sicut illa nidum sibi
faciens, in ipso post multa tempora, à semetipsa dicitur concremari,
& rursus de ejusdem nidi cineribus resurgere; ita Job dicat se per
mortem in cinere carnis, velut in nido pro tempore futurum & inde
resurrecturum in gloria, de quo diximus supra cap. 19. v. 25.
ubi etiam lectionem illam Psalm. 91. Justus ut Phoenix florebit,
ex Tertulliano adduximus. Facitque cum hac expositione, tum quod
Phoenix sit symbolum vitae longissimae: nam vivere sexcentis
sexaginta annis, scribit Plinius, at vero quingentis,
Ambrosius, & Hieronymus, post Herodotum & Ovidium. Hac ubique
quinque suae complevit saecula vitae, &c. Quadraginta & quingentis,
Solinus, cum quo videtur convenire Mela. Alii mille annos vitae
tribuunt, ut Martialis:
Qualiter Assyrios revocant incendia nidos,
Una decem quotiens saecula vixit avis.
Tacitus scribit esse qui asserant, Mille quadringentos sexaginta
vivere. Scribit etiam Plinius auctore Manilio: Cum hujus
alitis vita fieri conversionem magni anni. Quamvis (inquit
Solinus) plurimi auctores magnum annum, non quingentis &
quadraginta, sed duodecim milibus nongentis quinquaginta quatuor
annis constare dicant. Recte ergo dici potest per elegantem
Hyperbolen, atque comparationem, Sicut palma, Phoenix
multiplicabo dies. Facitque pro eodem mentio illa nidi facta,
nam videtur non solum vitam longaevam mortemque foelicissimam sibi
pollicitus, sed honorificentissimum quoque funus. Nam suum Phoenix
rogum, nidumque construit ex thuriferis surculis lignisque
odoriferis, in quo concrematur. Atque adeo Herodotus scribit:
Phoenicem juvenem gestare patrem paternosve cineres myrrha obvolutos
in templum Solis, ibi denique humare. Ergo mors funusque
Phoenicis supremi honoris, funerisque honorificentissimi symbolum
erit.
Sed Palmam, tamen hoc loco praeter Latinum Interpretem,
agnoscunt leguntque Septuaginta: Sicut truncus palmae, multo
vivam tempore, ubi forte truncum, dixerunt, tum propter
firmitatem tum propter gradatos illos corticis pollices, quos cum
faciunt rami decidentes singulis annis, annuis gradibus crescere
videtur, adeoque in trunco palmae, multi anni numerantur.
Atque sicut rem illam de Phoenice ave juvare videbatur mentio illa
nidi, ita rem hanc de Palma confirmat profecto mentio Radicis
aperta secus aquas, sententia sequente.
Paraphrasis: ... Et sicut palma multiplicabo dies.
Firma quoque spe sustentabar fore, ut non minus diuturnam vitam
ducerem, quam Phoenix, cujus est vita longissima; aut quam palma, in
cujus trunco multi anni ex decidentibus annuatim ramis numerari
possunt. |